LEYENDAS DE MARISCAL NIETO
El Mar y el Cerro Baúl

-¡Ahora sí devoro a la Tierra! –dicen que exclamó–- ¡Estoy
cansado de que me impongan estas playas que limitan mi poder! ¡Yo no más debo
existir en el mundo! ¡Yo, sólo yo, y nadie más! ¡¡Yoooooo!!- gritaba desaforado
el impetuoso Mar.
Y dicho y hecho, el Mar desde lo más profundo de su ser,
comenzó a levantarse en inmensas olas, y avanzó y avanzó hacia los puertos,
hacia las ciudades, hacia los campos, y todo lo fue devorando. Nada ni nadie se
salvaba de las violentas embestidas de las gigantescas olas. Las gentes morían
ahogadas, otras se escapaban a las partes más altas de los cerros, de las
montañas, pero tarde o temprano el agua insaciable los alcanzaba.
Así pasó el tiempo. Toda la Tierra se cubría de agua. Todo
fue volviéndose agua, agua y agua. Las gentes fueron desapareciendo; los
animales también; las aves cansadas de volar, caían al mar; otras con las alas
mojadas ni podían volar siquiera: esperaban resignadas hundirse poco a poco en
la oscuridad de las aguas.
Cuando todo estaba así, cuentan los antiguos que hubo aquí
cerca un Cerro que se enfrentó al Mar.
Es imposible que las aguas cubran toda la Tierra. Si sucede
así, los seres humanos desaparecerán, y no habrá quien admire el sol, el
amanecer, ni la noche, ni las estrellas. Tampoco habrá la risa de los niños, ni
la abnegación de las madres.
Desaparecerá el amor, la alegría; las lágrimas, los
suspiros, las esperanzas. Dijo el Cerro. Y ese cerro se llamaba Cerro Baúl.
l Cerro Baúl, que estaba protegiendo a varios hombres,
mujeres y niños que habían acudido en busca de su ayuda, comenzó a crecer y
crecer; y por más que el Mar lo embestía queriendo derribarlo, fracasaba en su
intento; y así siguió la lucha entre el Mar y el Cerro Baúl. Atacaba el Mar, y
el Cerro incrementaba su fortaleza y se elevaba más. El Mar sufría de cólera.
Dicen que el Mar cansado, agotado, a regañadientes, se dio
por vencido, y cada vez golpeaba con menos fuerza las colinas del Cerro Baúl,
hasta que comenzó más bien a retroceder hasta donde eran sus antiguas playas…
También dejaron de caer las lluvias torrenciales del cielo; seguro,
comprendieron que debían ser amigas del ser humano…
De esta manera, el majestuoso Cerro Baúl le ganó al Mar; y
los hombres y mujeres que él protegió bajaron a poblar nuevamente la Tierra.
El Secreto del Guardián

Es cierto que soy el guardián del tesoro que nada iguala en
el universo y que la tierra oculta bajo mi custodia, bajo mi secreto. Y aquí me
tienes ante tu atrevimiento; y quieres conocer el camino hacia el tesoro,
camino en el cual sólo yo puedo orientarme, y cuando lo conozcas no tendrás
tiempo para olvidarlo; porque es eterno; porque es el secreto de la vida para
siempre, porque también es el de la eterna muerte. Es un retorno que no acaba
nunca, porque jamás lo encontrarás.
Aquí en mi mano tengo el símbolo del tesoro: la cadena
infinita. Es la llave que abrirá la puerta del tesoro jamás soñado por los
hombres. Ah, sí supieras que la felicidad es no conocer lo que uno ambiciona,
pero tu destino es, desde hoy, mi destino.
No es en vano tu presencia en mi tiempo; y te lo entrego
porque para mí ya no tiene retorno;el retorno está en ti. Ése es mi secreto, y
desde ahora es el tuyo; y allá en el fondo, en medio de la sombra de tu
eternidad está el lugar donde lo guardarás: el camino hacia la entraña del
cerro Baúl, camino del cual no se vuelve jamás.
Y si vuelves, serás una piedra más a los pies del majestuoso
cerro, así como yo ahora.
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